Los agentes de seguridad llegaron a la residencia en Teherán de Keyvan Rahimian, un ciudadano bahá'í, y lo detuvieron el martes. El motivo de su arresto y los cargos específicos en su contra siguen sin revelarse.
Poco después de ser detenido, Rahimian logró ponerse en contacto con su familia y les informó que lo habían trasladado a la prisión de Evin, un centro notorio que a menudo se usa para presos de conciencia y presos políticos.
La preocupación por su bienestar y las circunstancias inciertas que rodean su detención se han intensificado dentro de su familia. Y no es la primera vez que la familia de Rahimian se enfrenta a un calvario tan angustioso.
Rahimian soportó previamente una sentencia de cinco años en la prisión de Rajaei Shahr. Fue condenado en ese momento por enseñar a jóvenes en edad universitaria, a los que se les negó el derecho a asistir a las universidades públicas de Irán y que continuaban su educación en el Instituto de Educación Superior Baha'i informal, o BIHE. El BIHE se estableció en la década de 1980 como una solución educativa informal al hecho de que los jóvenes bahá'ís no podían acceder a la educación superior.
Rahimian finalmente fue liberado después de cumplir su condena completa en septiembre de 2017.
La fe bahá'í de la familia Rahimian ya les ha causado pérdidas significativas.
Rahim Rahimian, el padre de Keyvan, fue ejecutado en Teherán en 1986 debido a su compromiso inquebrantable con sus creencias religiosas.
La represión de las autoridades iraníes contra los miembros de la minoría bahá'í parece haberse acelerado desde julio del año pasado. Y la represión ha continuado después del estallido de manifestaciones en todo el país en septiembre de 2022, con decenas de arrestos reportados en las últimas semanas.
El Islam chiíta es la religión del estado en Irán. La constitución reconoce varias religiones minoritarias, como el cristianismo, el judaísmo y el zoroastrismo, pero no la fe bahá'í.
¿Interesado en escribir para IranWire?
Comparte tus historias.
Publicar comentario