¿Negocios o terrorismo?: Figuras claves denuncian la presencia de Irán en Venezuela

Es extraño en Venezuela ver a la Iglesia Católica envuelta en política. Pero, volviendo atrás a noviembre de 2020 Monseñor Mario Moronta, un obispo respetado y admirado de la ciudad San Cristóbal, Táchira y primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, dijo a los medios: “Irán coloca sus bases de operaciones en Venezuela sin resistencia alguna”.

Monseñor Moronta fue allegado al difunto expresidente Hugo Chávez. Hoy en día, es despreciado por el oficialismo y sus seguidores por utilizar su posición de figura religiosa para criticar fuertemente al régimen.

Una figura menos controvertida es Carlos Paparoni, quien encabeza la Comisión de Finanzas interina del Parlamento Venezolano y forma parte de la Oficina contra el Terrorismo y el Lavado de Dinero. En su opinión, la invasión gradual de Irán en las esferas militar y económica de Venezuela pone en riesgo al país caribeño, que podría convertirse en "una playa para la política internacional de Irán en el hemisferio occidental".

La Historia de la Relación Venezuela - Irán

Los vínculos entre los gobiernos de Venezuela e Irán pueden remontarse a más de medio siglo. En 1960 ambos eran miembros fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y lideraron la primera reunión.

En ese momento, aunque hoy parezca curioso, ambos eran además aliados de Estados Unidos. La dinastía Pahlavi mantenía una postura de modernización pro-occidental y Venezuela salía de la dictadura de Marcos Perez Jiménez. Uno de primeros pasos que tomó la nueva democracia fue el establecimiento de una relación política y militar con Estados Unidos.

En 2005, cuando los profundos cambios políticos tanto en Venezuela como en Irán habían convertido a Estados Unidos en un enemigo jurado, los dos países restablecieron sus propios lazos comunes bajo el liderazgo de los presidentes Mahmoud Ahmadinejad y Hugo Chávez. Ahmadinejad visitó Venezuela tres veces y Chávez se embarcó hacia Irán en nueve oportunidades. Cada viaje, iba acompañado de la firma de un nuevo tratado.

Desde entonces, Irán se ha convertido en el principal aliado de Venezuela para evadir todas las sanciones impuestas, desde embarques de petróleo y armas hasta la mega cadena de supermercados iraníes Megasis.

El Obispo Analiza la Influencia Progresiva de Irán

"Nuestro objetivo principal es comercial” aseguró Issa Rezaie viceministro de Industria iraní en televisión venezolana respecto de la relación entre ambos países. Pero como aseguran muchos analistas, y como posteriormente Monseñor Moronta ha señalado, las raíces son aún más profundas.

En noviembre del 2020 Moronta escribió una dura carta en la que advirtió sobre “el proceso de islamización en Venezuela”. “El tener una cabeza militar en América Latina es importante para los iraníes y lo han conseguido en Venezuela”.

Continuó describiendo la presencia de figuras del régimen iraní en Venezuela como "excesiva", calificándola de un problema del que “nadie se atreve a hablar”, pero que requiere de acciones urgentes. “Lejos de lo que muchos piensan”, agrega, “los iraníes no están interesados en los recursos venezolanos como sí lo están otras naciones”.

“No es cuestión de recibir petróleo, o de compartir el uranio. No seamos ingenuos. Su presencia tiene un objetivo de tipo geopolítico: lograr penetración en América Latina. Y lo consiguieron sin mucho esfuerzo y sin enfrentar mucha resistencia”.

Funcionario Venezolano: Irán Tiene Poder en América del Sur

Carlos Paparoni, es diputado a la Asamblea Nacional por el estado Merida y presidente de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional. También es comisionado contra el terrorismo, crimen organizado y lavado de dinero.

En una entrevista con IranWire, él confirmó que la relación entre Irán y Venezuela es mucho más compleja de lo que el público venezolano se imagina.

“Irán no solamente tiene relaciones internacionales como nación, si no también grupos de influencia que terminan siendo, en mi opinión sus representantes, específicamente grupos como Hezbollah”.  

Desde 2010 Venezuela e Irán han firmado diversos acuerdos destinados al aumento de vuelos de un país al otro, buscando así una vez más evadir sanciones. En el año 2019 la aerolínea iraní Mahan Air, vinculada a las Guardias Revolucionarias Iraníes, sancionada por Estados Unidos por transportar armas inició vuelos directos a Venezuela. Según se informó oficialmente en ese momento, los vuelos transportaban técnicos y piezas necesarias para que las refinerías venezolanas volvieran a funcionar.

Pero, en realidad, los aviones regresaron con su peso en oro, literalmente oro, robado del arco minero venezolano.

“El oro que Nicolás Maduro entregó viola varias leyes”, explica Paparoni, “incluyendo la ley de protección del arco minero que fue sancionada en el año 2012 y fue propuesta por el mismo Nicolás Maduro”.

Los vínculos entre ambos países no se limitaron a Mahan Air. Ambos países han permitido la creación de empresas en conjunto en el país caribeño, como “Veniran Tractor”, una fábrica de tractores en el estado Bolívar, o “Minerven” que junto a su par iraní “Impasco”, tienen a cargo la concesión de una mina de oro en ese mismo estado. Otro acuerdo es la conformación de una empresa conjunta entre Petróleos de Venezuela, S.A (PDVSA) y PetroPars para la certificación de las reservas de un bloque de la faja petrolífera del Orinoco, localizada en el estado Anzoátegui.

“La balanza de pago a favor de Irán en esta relación”, explica Paparoni, “es más o menos de unos 4.000 millones de dólares que se han puesto en marcha desde la presidencia de Chávez”.

“Pero hablamos de acuerdo militares también. Venezuela no solo ha adquirido armamento iraní de corto y alto alcance, sino que existen también proyectos militares que han estado adscritos bajo Seguridad Nacional”. Muy poco se puede saber de estos acuerdos, pero un ejemplo citado por Paparoni es el dron iraní Mohajer-2 presentado por Nicolás Maduro recientemente como venezolano.

Mientras tanto, Paparoni explica que Venezuela se ha convertido en el lugar predilecto para el lavado de dinero para Irán. Desde el año 2014, confirma, alrededor de 500 millones de euros de dinero sucio ha llegado en forma de cash a Venezuela.

Uranio: Un Negocio Turbio

Un tema que preocupa a la comunidad internacional es la venta de uranio de Venezuela a Irán. Un reciente reporte del Organismo de Energía Atómica (OIEA) dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) confirmó que Irán tiene más de 2400 kilogramos de uranio enriquecido a su disposición desde noviembre de 2020, mientras que el límite establecido por el JCPOA es de 300 kg.

Venezuela tiene un arco minero que tiene un gran enriquecimiento de metales como uranio y selenio que son utilizados para la fabricación de implementos militares, e Irán tiene un interés conocido en el programa de enriquecimiento de uranio venezolano.

“El gran riesgo”, indica Paparoni, “es que Nicolás Maduro está lo suficientemente desesperado por mantenerse en el poder que es capaz de ceder ante este tipo de intereses”.

La oposición también ha denunciado en repetidas ocasiones el uso de recursos iraníes para incrementar la represión en Venezuela. Miembros de las Fuerzas Quds Expedicionarias del Régimen Iraní tienen presencia en Venezuela y han sido identificados como los responsables de los entrenamientos a miembros locales de Hezbollah.

“Nuestro miedo”, explica Paparoni, “no solamente es la colaboración que puede existir en áreas de inteligencia sino además la participación en lo que es nuestro estamento militar”. “Cuando vemos que existen misiles iraníes y tecnología dentro de los sistemas de defensa venezolano, nuestro temor es que no solo sean usados para la defensa, sino que además les permita desestabilizar la región”.

Venezuela: Punto focal para el Terrorismo Patrocinado por el Estado Iraní

En 2013, como parte de la investigación por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) ocurrido en 1994, el fiscal argentino Alberto Nisman denunció la infiltración de Irán en Argentina y explicó en detalle cómo Hezbollah había expandido sus redes en ese país. 

En su investigación Nisman pudo demostrar cómo Irán utilizó embajadas y la inmunidad diplomática como encubrimiento para los crímenes cometidos y como “canal ideal para la transmisión de información de interés”. Las mezquitas han sido puestas al servicio como bases de reclutamiento ideológico.

Irán utilizó, precisamente, la misma estructura de infiltración en Venezuela. En 2004, el entonces representante diplomático de Venezuela en Irán Ghazi Nassereddine, solicitó que la ciudadanía venezolana sea otorgada a más de 10.430 personas nacidas en Irán, en El Líbano y Siria.

En el año 2008, Paparoni explica, la comisión contra el terrorismo identificó un ciudadano con pasaporte venezolano con explosivos en su equipaje, intentando abordar un avión desde una isla del Caribe con destino a Francia. “Venezuela no sólo se ha convertido en un protector del terrorismo”, explica, “si no también en un país cada vez más dependiente de Irán. El gran riesgo que existe hoy es que Venezuela sea una punta de playa para lo que es la política internacional de Irán en el hemisferio occidental”.