La negativa de Argentina a proporcionar tecnología nuclear a Irán llevó al atentado terrorista a la AMIA

En un fallo histórico que demoró 30 años, la Cámara Federal de Casación Penal de Argentina sentenció que el ataque contra la embajada de Israel en ese país, ocurrido en marzo de 1992 y el atentado contra la sede de la AMIA del 18 de julio de 1994 “respondieron a un designio político y estratégico” de la República Islámica de Irán y que ambos atentados fueron ejecutados por la organización terrorista Hezbollah. Esta sentencia abre la puerta a la Argentina para iniciar una demanda formal a Irán por lo que el Gobierno de Argentina "trabaja a toda velocidad" para preparar un 'juicio en ausencia' por el atentado cometido en 1994.

La sentencia, dictada por los jueces Carlos Mahiques, Diego Barroetaveña y Angela Ledesma, establece que el ataque a la AMIA fue organizado, planificado, financiado y ejecutado por integrantes de Hezbollah, a quienes define como una organización terrorista que reporta orgánica, funcional e ideológicamente a la República Islámica de Irán.

¿Cómo arribaron los jueces a esta sentencia?

Los jueces de Casación analizaron de manera integral la causa por el atentado a la AMIA. En la parte resolutiva del fallo, de unas 800 páginas, el tribunal declaró al atentado contra la AMIA como un “crimen de lesa humanidad”.

Fue en particular el Juez Mahiques, quien concluyó que ambos ataques (la embajada de Israel y el atentado a la AMIA) respondieron a un designio político y estratégico de la República Islámica de Irán, y fueron ejecutados por la organización terrorista Hezbollah que actuó bajo la inspiración, organización, planificación y financiamiento de organismos estatales y paraestatales subordinados al gobierno de Irán.

En uno de los capítulos del fallo llamado el “porqué del cómo”, Mahiques precisó los motivos por los que Argentina fue seleccionada como blanco de esos ataques terroristas. Y así explicó que la razón de que Argentina quedara en la mira de los terroristas para el ataque fue “la decisión unilateral del gobierno de cancelar tres contratos de provisión de material y de tecnología nuclear acordados con Irán, como consecuencia de un giro de la política exterior operado entre fines de 1991 y mediados de 1992″.

Según sostuvo, la réplica del estado iraní frente a lo que consideró “un intolerable incumplimiento argentino” fue la decisión de planificar y ejecutar actos terroristas con explosivos dirigidos contra objetivos judíos como una forma extrema de presión para que Argentina revirtiera su decisión de cancelar esos acuerdos.

¿Cuáles eran esos importantes entre Argentina e Irán cuya cancelación despertaron la ira de la República Islámica?. Durante la década del 80, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) firmó una serie de acuerdos con Irán para la construcción de una planta de purificación de uranio. No obstante, esa cooperación no duró mucho tiempo ya que debido a las presiones de Estados Unidos y la amenaza que representaba Teherán frente a la posibilidad de un programa nuclear con fines no pacíficos, el entonces presidente Carlos Menem canceló su cooperación nuclear con Irán en el año 1992.

Los responsables

La sentencia además ratificó el listado de funcionarios y agentes iraníes y libaneses que intervinieron en el ataque terrorista a la sede de la AMIA. En este sentido, la Justicia argentina sostiene que los funcionarios iraníes considerados responsables de decidir, planificar y ejecutar el ataque fueron: Alí Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani (por entonces presidente de la República Islámica de Irán), Alí Fallahijan (por entonces Ministro de Información iraní), Alí Akbar Velayati (en aquel tiempo Ministro de Relaciones Exteriores de Irán), Mohsen Rezai (por entonces a cargo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria “Pasdaran”), Ahmad Vahidi (en aquella época a cargo de la fuerza de elite “Al Quds” perteneciente a la Guardia Revolucionaria), Mohsen Rabbani (quien fuera en aquel entonces Agregado Cultural de la Embajada iraní en Argentina), Ahmad Reza Asghari, Mohsen Randjbaran (quien fuera en aquel entonces Tercer Secretario de la representación diplomática iraní en Argentina), y Hadi Soleimanpour (por entonces Embajador de la República Islámica de Irán en Buenos Aires).

También figura Imad Fayez Moughnieh, quien estaba a cargo del Servicio Exterior de la agrupación terrorista libanesa y acusado de dirigir el grupo que atacó la sede de la mutual judía en Buenos Aires. Tanto Moughnieh como Rafsanjani fallecieron y sus consecuentes sobreseimientos fueron dictados.

A esta lista se suman otros cuatro sospechosos incluidos en 2023 tras una ardua investigación de la Unidad Fiscal AMIA en conjunto con el vecino país de Argentina, Brasil: se trata de Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Farouk Abdul Hay Omairi y a Abdallah Salman (alias) José El Reda.

Un crimen de lesa humanidad

Los tres jueces reafirmaron que el atentado debe calificarse como crimen de lesa humanidad con su consecuente declaración como “imprescriptible”. Además, el fallo advirtió que la responsabilidad internacional debería recaer igualmente sobre la propia República de Irán, que podría ser calificada como “terrorista”, lo cual implicaría la obligación de este Estado de reparar el daño causado, moral y material, abriendo de esta forma una vía de reclamo ante tribunales internacionales por parte de las víctimas y familiares. En otras palabras: los propios familiares de las víctimas podrían reclamar directamente a Irán.

Alberto Nisman tenía razón

Luego del fallo y en declaraciones a la prensa argentina, el juez Mahiques afirmó que “el fiscal Nisman continuó e intensificó” la línea de investigación que señalaba a Irán y a Hezbollah como responsables del atentado, y aseguró que, de haber logrado finalizar con su camino, seguramente habría llegado antes a las mismas conclusiones de las que llegó la Cámara de Casación. “Nisman tenía muy en claro que todas estas circunstancias estaban en el origen del atentado a la AMIA, lo cual, llevado hasta sus últimas consecuencias, podría haber tenido antes de este fallo resultados palpables”, sostuvo el juez Mahiques. Nisman murió asesinado el 18 de enero de 2015 tras haber denunciado a la entonces presidenta Cristina Kirchner por encubrir a Irán en su supuesta responsabilidad en el atentado contra la AMIA a través del famoso “memorandum de entendimiento” firmado entre ambos países en 2013.

En las mismas declaraciones a la prensa, Mahiques también dio detalles del por qué del fallo y cómo arribó a esa conclusión: “el acto tiene una matriz entre ideológica y religiosa, y responde también a un programa escatológico, apocalíptico, que pretende instalar una especie de califato universal. A partir de allí surge claro que hay una interdependencia. Hay un lazo muy demostrado entre el Gobierno de Irán de ese tiempo y Hezbollah. Y ahí uno llega a la conclusión de que Hezbollah no pudo haber hecho un atentado como el de la AMIA sin el financiamiento y la planificación del Estado Islámico de Irán”, explicó.

Un fallo de impacto mundial

La decisión de Casación impacta en el escenario político y jurídico mundial, ya que incluye una trascendente definición sobre el derecho a la verdad de las víctimas y sus familiares, y la posibilidad de que demanden a los responsables, entre ellos, al Estado Islámico de Irán. En su voto, el juez Mahiques sugiere que ese reclamo podría ser emprendido por Argentina, por vía diplomática, a través de un tribunal arbitral o incluso por la Corte Internacional de Justicia, el principal órgano judicial de las Naciones Unidas.

En tal sentido, y tras conocerse el fallo, el Gobierno de Argentina "trabaja a toda velocidad" para preparar un 'juicio en ausencia' por el atentado cometido en 1994. Así lo aseguró la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich quien anunció en una conferencia de prensa: “vamos a trabajar a toda velocidad con el Ministerio de Justicia. Es el momento de que aquellas personas sean juzgadas por la Justicia argentina".

Es importante mencionar que los 'juicios en ausencia' no son posibles según la actual legislación argentina, por lo que el gobierno deberá realizar un arduo trabajo para alcanzar una nueva legislación al respecto.

Por su parte, el presidente de Argentina, Javier Milei, también celebró el fallo y se pronunció al respecto: “este avance significativo en el ámbito judicial pone de manifiesto los reiterados intentos del kirchnerismo por encubrir la responsabilidad de Irán y postergar este fallo histórico, traicionando a la Patria en el año 2013 con la firma del denominado ‘Memorándum de Entendimiento’, pacto que promovía y garantizaba la impunidad terrorista”.

Otra declaración de peso llegó a los medios argentinos de la mano de Miguel Angel Toma, ex Jefe de la Secretaría de Inteligencia de Argentina. Toma definió a la República Islámica de Irán como un “Estado terrorista que utiliza organizaciones terroristas para hacer este tipo de atentados” y afirmó que “el ataque a la AMIA se decidió el 16 de agosto de 1993″ en una reunión en la que estaban presentes varios líderes políticos y religiosos iraníes, entre ellos el por entonces presidente Akbar Hashemí Rafsanyaní. “A partir de esa reunión se tomó la decisión de volar la AMIA”.

Los atentados

El 17 de marzo de 1992, la Argentina fue epicentro de un primer atentado. A las 14:47, una explosión destruyó el edificio de la calle Arroyo 916 donde funcionaba la sede de la Embajada de Israel. 22 personas murieron.

Dos años después, el 18 de julio de 1994, a las 9:53, un coche bomba subió a la vereda e impactó contra el frente del edificio de la AMIA, en Pasteur 633. La camioneta Trafic llevaba en en su parte trasera y entre los asientos, una combinación de nitrato de amonio -con el agregado para potenciar el nivel de destrucción de aluminio-, un hidrocarburo pesado, trinitrotolueno (T.N.T.) y nitroglicerina. La carga explosiva fue similar a unos 300 o 400 kilos de TNT. El atentado mató a 85 personas.

Jorge Knoblovits, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), remarcó al respecto del fallo: “este es un fallo histórico que se debía la sociedad argentina y que determina algo fundamental, que es que un Estado promueve el terrorismo en todo el mundo y que lo hizo en Argentina dos veces”.