El líder de Hezbollah en Perú y sus vínculos con el nuevo presidente de Perú

El 6 de junio de 2021, los peruanos votaron por su nuevo presidente en una reñida contienda entre Pedro Castillo del partido socialista Perú Libre y Keiko Fujimori del derechista Fuerza Popular. Nueve días después de la elección, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú terminó de contar las boletas y anunció que Castillo había ganado por 44.058 votos. ¿Quién es Pedro Castillo y por qué su victoria podría beneficiar a la República Islámica y a Hezbollah?

José Pedro Castillo Terrones, el presidente electo de Perú, es un maestro de escuela ultraizquierdista que encabezó una huelga masiva de maestros en 2017. Esto fue el trampolín que le permitió lanzar su candidatura a la presidencia tres años después. Las políticas sociales de la plataforma electoral de Castillo incluyen la creación de grupos paramilitares y la militarización de la juventud peruana para promover valores "revolucionarios", llamando a la ciudadanía a armarse y hacer justicia a través de la "administración socialista", y la introducción de la pena de muerte en el país. Castillo también ha pedido regulaciones más estrictas sobre los medios peruanos.

Según Castillo, el aborto y los derechos LGBT en Perú "no son una prioridad". Castillo también ha defendido al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, describiéndolo como "un gobierno democrático".

El éxito de otro movimiento de izquierda no tiene nada de especial, y se suma a la tendencia reciente en América Latina marcada por Cuba, Venezuela, Argentina y Bolivia. Más preocupantes, sin embargo, son los vínculos del nuevo partido dirigente con Hezbollah. Días después de las elecciones, mientras el conteo aún estaba en marcha, los medios peruanos anunciaron que Edwar Husain Quiroga Vargas, fundador de un grupo llamado Inkarri Islam, había sido identificado como uno de los activistas más acérrimos de Pedro Castillo. De hecho, Quiroga Vargas había sido el jefe de campaña de Castillo durante toda la campaña electoral.

¿Quién es Edwar Husain Quiroga Vargas y qué es Inkarri Islam?

Quiroga Vargas, un musulmán chiíta converso, considera a Pedro Castillo un "hermano en lucha". Ambos han participado codo a codo en diversas protestas. "Nuestro apoyo a Pedro Castillo es porque es nuestro compañero de lucha", dijo recientemente Quiroga Vargas. "Hemos estado en muchas huelgas por la educación y, de igual manera, en diferentes protestas contra la minería transnacional".

Durante el recuento, Quiroga Vargas declaró abiertamente al periodista peruano Fernando Lucena: "Hay favores económicos y políticos. Si las cosas cambian para Keiko [Fujimori], entonces me muevo rápido, estoy esperando y la gente está lista, esto se pondrá muy violento".

Añadió: "Si no [si no es así], no pediré por derechos humanos, o que vaya a la cárcel; tomaré un machete y le cortaré la garganta".

Joseph Humire, director del Centre for a Secure Free Society (SFS) y experto en temas de seguridad global con un enfoque en el extremismo islámico, advirtió ya en 2017 que Quiroga Vargas también era el portavoz de una red de inteligencia militar iraní en Apurímac, Perú. La red, dijo, se formó para reclutar y adoctrinar a los reservistas del ejército y a los indígenas locales.

En 2009, Quiroga Vargas estudió en Irán durante tres meses junto a Mohsen Rabbani, un agregado cultural de la embajada iraní en Argentina que se cree que fue un orquestador clave del ataque a la sede de la AMIA en 1994 en Buenos Aires, que mató a 85 personas y dejó a cientos de personas heridas.  

Quiroga Vargas también se ha declarado seguidor del controvertido Movimiento de Amnistía y Derechos Fundamentales de Perú (Movadef): el brazo político de Sendero Luminoso ("Sendero Luminoso"), una organización revolucionaria que utilizó ataques terroristas y violencia contra civiles para promover que la inspiración maoísta llegue a Perú.

Inkarri Islam fue fundado por Quiroga Vargas en 2012. Oficialmente apodado el "Centro Islámico del Perú", fusiona la cultura andina del Perú con el Islam fundamentalista. El movimiento se basa en el etnocacerismo, que busca establecer una dictadura autoritaria basada en la raza, y ha sido públicamente desautorizado por la Asociación Islámica del Perú, que nuclea a todas las entidades islámicas en ese país.

Inkarri Islam tiene una larga historia de difusión de propaganda antisemita. El Counter Extremist Project, sostiene que lo hace con el apoyo del estado iraní y su representante, Hezbollah. Sus informes sobre el extremismo en Perú también señalan que Hezbollah mantiene una presencia activa en la región de Apurímac, donde tiene su sede Inkarri Islam.

La mayor parte de la población de Apurimac es de herencia indígena Inca. A través del Inkarri Islam, Quiroga Vargas promueve puntos de vista chiítas radicales entre la población al vincular las narrativas islámicas chiítas con las narrativas indígenas incas. También se refiere a la "liberación" de los pueblos indígenas de lo que él denomina "colonización sionista".

Por otra parte, Quiroga Vargas ha abierto cinco centros culturales adicionales en todo Perú y opera un programa de intercambio cultural iraní-inca. A través de estos proyectos, ha conseguido que al menos 25 estudiantes estudien con Mohsen Rabbani en Irán.

La “red Rabbani” y Hezbollah en Perú

Mohsen Rabbani fue agregado cultural en la embajada de Irán en Argentina durante la década de 1980. El fiscal argentino Alberto Nisman, poco antes de ser asesinado en su casa de Buenos Aires, acusó a Rabbani de ser el autor intelectual de los atentados de 1992 contra la embajada de Israel en Argentina y de la sede de la AMIA en 1994.

Hoy, Rabbani está de regreso en Irán trabajando como profesor en la Universidad de Qom. Desde allí, supervisa el reclutamiento de operativos de Hezbollah en América Latina. La Interpol emitió una circular roja por su arresto en 2007 y no se cree que haya abandonado la República Islámica desde entonces.

Rabbani ha formado discípulos en diferentes países para ayudar a promover los objetivos del régimen en el extranjero. El "mentor" elegido para Perú fue Edgardo Rubén Assad, también conocido como Suhail Assad: un graduado del seminario Qom y presentador de programas religiosos para HispanTV del IRIB (Islamic Republic of Iran Broadcasting – la emisora oficial de televisión de Irán), quien regularmente va en misiones de reclutamiento a América Latina.

El Dr. Hugo Guerra, investigador sobre el terrorismo de Hezbollah en América Latina, afirmó en una presentación en Lima, Perú en 2016, que Assad era un "agente de la República Islámica de Irán a cargo del reclutamiento y proselitismo en América Latina". Guerra también confirmó que Assad era discípulo de Mohsen Rabbani, que se había convertido al Islam chiita en su juventud después de estudiar teatro y actuación.

El primer punto de contacto de Assad en Perú, según el Dr. Guerra, fue Edward Quiroga Vargas. Assad le proporcionó la instrucción necesaria para establecer Inkarri Islam y facilitó el contacto con Mohsen Rabbani para organizar viajes de estudiantes para verlo en Qom.

El Dr. Guerra enfatizó que el público objetivo de la República Islámica en el Perú, a través de Quiroga Vargas, está conformado por civiles retirados, personal militar e indígenas y sus descendientes, quienes se sienten desilusionados y oprimidos por la influencia occidental. Se entiende que el primer grupo de peruanos viajó a Teherán para recibir capacitación y adoctrinamiento entre diciembre de 2011 y febrero de 2012. Luego, se realizó un segundo viaje en septiembre de 2012.

Luego, en octubre de 2014, el ciudadano libanés Muhammad Ghaleb Hamdar fue arrestado en la capital peruana de Lima y acusado de conspiración para cometer terrorismo. Las autoridades encontraron materiales explosivos y fotos de posibles objetivos, incluidos lugares turísticos populares en Perú, en su apartamento. Mientras estuvo detenido, Hamdar confesó que era miembro de la Organización de Seguridad Externa de Hezbollah y que había trabajado en Perú en nombre del grupo terrorista designado.

A pesar de esto, un tribunal peruano absolvió a Hamdar del cargo de conspiración terrorista en abril de 2017. No obstante, su declaración anterior confirmó que, a estas alturas, Hezbollah estaba operando activamente en Perú, así como en otros países latinoamericanos.

¿Por qué Hezbollah eligió Perú?

Perú tiene varias ventajas estratégicas para Irán. Por un lado, se sabe que el área de Apurimac, donde se encuentra la sede de Inkarri Islam, se encuentra en reservas de uranio.

La frontera peruana con Bolivia y Chile también es una zona comparativamente sin ley, no muy diferente al área de la Triple Frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina, donde la falta de supervisión y corrupción la convierte en el corredor ideal para el tráfico de drogas, armas, explosivos, y gente.

Perú también tiene una gran población indígena. Hezbollah intenta aprovechar similitudes inexistentes pero discutibles entre los dos grupos para convencer a la gente de su supuesta cosmovisión “revolucionaria”. Como en Venezuela y Bolivia, existe una peligrosa convergencia en Perú entre células iraníes y grupos socialistas revolucionarios de más larga data.

La relación entre el nuevo presidente electo de Perú y el facilitador de la República Islámica Edwar Quiroga Vargas es la última manifestación de esto. El régimen iraní está expandiendo su red de influencia en toda América Latina y, sin un control adecuado, representa una amenaza activa tanto para la democracia como para el desarrollo en estos países.

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